Las picaduras de medusas se producen accidentalmente durante el baño o al intentar cogerlas. A través de unos apéndices que tienen sobre la superficie de su cuerpo llamadas nemotoristos (pequeñas cápsulas con líquido tóxico), se posan en la piel y nos causan lesiones.
Una vez que una medusa nos ha picado aparecen los siguientes síntomas: enrojecimiento de la piel, picor, dolor, inflamación, incluso puede haber sangrado en casos más graves.
No frotar la zona afectada ni con arena ni con una toalla, lo único que conseguiremos es extender la erupción. Lavar la zona afectada con suero fisiológico, como segunda opción agua salada. Nunca deberemos usar agua dulce para limpiar la herida, ya que podrá romper las células urticantes, y sufriremos otra picadura. Otra opción es utilizar alcohol o vinagre, puede ser beneficioso porque ayuda a que se desprenda de la piel. Sin embargo, lo mejor es el suero o el agua salada; Y si queda algún resto de tentáculo adherido a la piel, debemos quitarlo, pero nunca con las manos, utilizaremos unas pinzas para evitar que se clave en la persona que lo manipula.
Se puede aplicar hielo, metido en una bolsa de plástico o cubierto con un paño, nunca de forma directa. Hay que evitar siempre el contacto del agua dulce con la zona afectada. La sensación de frío, por una parte aliviará el dolor o el escozor y por otra parte, el efecto del frío degrada la toxina que nos ha inyectado la medusa haciendo que deje de actuar. Si podemos aplicar el hielo muy poco tiempo después de la picadura resultará de gran efectividad.
Se debe administrar una pomada antiinflamatoria y un antihistamínico. Es muy conveniente aplicar gel de Aloe Vera sobre la picadura hasta que la herida cicatrice correctamente para evitar infecciones. El Aloe Vera posee propiedades antisépticas, bactericidas, antiinflamatorias y regeneradoras de la piel, facilita la capacidad de regeneración de las celulas dañadas y reduce la inflamación y el dolor.
Cuando nos pica una medusa, se siente un dolor punzante agudo en el área de piel donde contactan los tentáculos, seguidamente aparecen habones, enrojecimiento e hinchazón. La duración del dolor varía, pero empieza a remitir a partir de los 30 minutos. Los habones desaparecen en una hora, pero si hay vesículas o ampollas la curación es más lenta.
Aparte de las ampollas o reacciones alérgicas locales con hinchazón pueden aparecer reacciones sistémicas leves y moderadas incluyen náuseas, vómitos, cefalea, malestar general, fiebre, escalofríos, dolores musculares... y en los casos graves se puede producir insuficiencia cardíaca, respiratoria e incluso convulsiones. Las personas que ya han sido picadas por una medusa están sensibilizadas y pueden tener una reacción alérgica grave tras la segunda picadura, aunque se produzca en una zona del cuerpo diferente.
Como medida de precaución tenemos que evitar el baño cuando aparecen las medusas y nunca se deben tocar sin guantes protectores, aunque estén muertas.
